Los micropilotes son elementos utilizados en las cimentaciones, porque resultan resistentes a los distintos esfuerzos de tracción y comprensión propios de los materiales. La técnica de instalación consiste en la colocación de un tubo de acero metido dentro de una perforación realizada en el terreno, en la que también se pone una lechada compuesta de cemento inyectado. El elemento en el que basa la resistencia el micropilote es su armadura con forma de tubo que se coloca en aquel taladro perforado en el terreno, mediante el procedimiento de roscado o por una soldadura efectuada en los diferentes tramos.
La técnica del micropilote es de utilización frecuente en los casos en los que se requiere un cimentación semiprofunda y es un procedimiento indicado cuando los estratos o las capas superficiales del terreno en cuestión no tengan una capacidad suficiente para absorber todas las cargas que el edificio en construcción va a transmitir sobre el suelo. Se utilizan, pues, como refuerzo de cimentaciones cuando se está procediendo a la ampliación de un edificio, para recalzar los ya existentes, o para reforzar los cimientos en la excavación de sótanos.